La cuerda

Anoche tuve la fortuna de poder compartir una maravillosa velada con dos de las mujeres más guapas de la ciudad. Dejaremos para el recuerdo la explicación de la atracción entre dos personas representada por una “cuerda”, una botella y un cenicero. Y por supuesto aquel momento “Born to be wild” en moto.

Mención especial a aquel pobre gato, que cayó de los cielos del Born para morir en una tienda de ropa ante la pasividad de la Protectora de Animales y de las autoridades locales, que estaban más pendientes de controlar que nadie molestase ‘als nostres parlamentaris’ durante su cena. Nunca he visto a un agente de seguridad con las cejas tan depiladas. Rozando el gogoísmo.

¿Concierto de swing el sábado en la Plaça Reial?