Ponys, por Azul Oscuro Casi Blanco
Con tres años me convertí en el primer pony científico nuclear de la historia y mi ambición era única: meterles por el culo a los caballos la mayor cantidad posible de hidrógeno fosfatinizado o en su defecto algo de polvos pica-pica y un Ford Fiesta amarillo.
A la edad de cinco de quedé ciego por culpa de abusar de la Play Station 18 y cuando estaba a punto de suicidarme vino en mi salvación un pony tibetano-bigotudo que me enseñó a amar a todos los seres y a los Juegos Olímpicos. Después lo maté y me lo comí. Reflexioné, me di cuenta de mi error y vomité. La forma de derrocar a los caballos siempre había estado dentro de mí. I just realized que me tenía que querer a mí mismo y dejar de tener prejuicios sobre como debería ser. Era un pony y estaba orgulloso de serlo.
Ahora que era verdaderamente libre sabía cuál era el camino a emprender. Primero de todo abriría una cuenta de fotolog que me había dado cuenta que molaba mogollón. Un pony ciego siempre vende. Lo segundo, intentar pasarme por la piedra a todas las ponias que se pusiesen a tiro. Iba a ser feliz y con suerte tocaría algunas tetas. Putas.