Tuercas y Folklore

Disfrutando una vez más en el trabajo del día del descubrimiento del Nuevo Mundo, me ha venido a la cabeza ciertas dudas de cómo hubiese sido nuestro presente si hubieran cambiado algunos acontecimientos.

Imaginemos que somos ciertas tribus africanas que hace miles de años decidimos que esto de Europa no es lo nuestro y llegamos a América. Perfecto. Pasa el tiempo y algunas civilizaciones. América está harta de ir siempre a India por el mismo sitio y se la juega, enviando a un grupo de descerebrados sin escrúpulos a cruzar el Atlántico. Llegan a Europa. Matan a todo lo que se menee (menos las guapas) y saquean un poco. Hasta aquí todo normal. Pero existe un país en esa Europa en el que la gente canta de un modo un tanto peculiar...

Se suceden los años y las distintas guerras de independencia. Hace falta mano de obra barata y por esos entonces América ya ha colonizado África. Estupendo. Enviamos a éstos antes de matarlos a todos (el capitalismo ya ha empezado y se aprendió la lección anterior) y obviamente no les vamos a reconocer esos derechos humanos de la carta de la Revolución Canadiense...¿o era francesa?

Finales del siglo XIX. Nuestros ya queridos africanos tienen un ritmo endiablado en sus cuerpos y lo único que les queda es cantar un poco después de pasarse el dia recogiendo fresas y olivas. Obviamente estamos hablando de la península Ibérica.

El mestizaje llega y con él se crean nuevos estilos de música. Nuestros íberos aportan su copla. No hay opción posible para el blues. El nuevo estilo es nombrado Coplafrikan y en unos años sale un iluminado llamado Elvo Preslón y introduce el Coplafrikan en la juventud de entonces, dando a luz lo que se conoce como Coplafrikan Arcilla o, simplemente, Arcilla.

Llegan las drogas a finales de los sesenta y entra en escena la Arcilla Psicodélica. Inolvidable aquel concierto del sesenta y nueve en Murcia Stock. En los setenta entran la Arcilla Pesada y más tarde, en los ochenta, la Arcilla Glamurosa.

¿Qué estariamos escuchando hoy?