Las Prodigiosas Aventuras de Lady Colita (2)
Recuerden lo que pasó en el último capítulo.
Aquella fué una dura noche para Lady Colita. La melancolia y la soledad se habían apoderado de ella. Que se le hubiera acabado el Hemoal tampoco le había ayudado a conciliar el sueño.
Entre los sollozos se empezaron a alzar los gritos de Huevos reclamando su eucaliptus. "Quién le mandaría a mi ex haberme comprado un koala...". Huevos siempre había sido un fiel compañero y pese al ridículo antifaz siempre causaba un efecto moral desestabilizador entre sus enemigos. Lady Colita empezó a preparar el biberón de infusión de eucaliptus. Mientras se preparaba para una ducha, Huevos disfrutó de su desayuno. Eruptó, se rescó el cogote y se volvió a subir a la palmera casera que tenía Lady Colita en su hogar.
- Huevos, eres como todos los otros machos. Que os habrá dado la madre naturaleza...
Con un atisbo de complicidad, Huevos emanó un dulce grito, le giró la mirada y se empezó a rascar los testículos con un desarrollado sentido del tempo. Al rato se quedó dormido.
Cada vez que se duchaba odiaba más su cuerpo. Ella era una mujer sensible, cariñosa y soñadora. El hecho de ver un pene colgando le rompía su harmonía aunque fuese un pene, objetivamente hablando, hermoso.
Mientras juraba contra Marie Claire por no haber hecho ropa interior femenina con huevera, empezó a sonar el teléfono. El indentificador de llamadas no podía mentirle. Atónita y asustada, descolgó el auricular.
¿Quién estará al otro lado del aparato? ¿Logrará superar Lady Colita su crisis emocional? ¿Será Huevos capaz de recitar algún día el Virolai? Las prodigiosas aventuras de Lady Colita: más, mejor e igual de barato en Nostalgia versus Yo.
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